¡Imagínate!

 

¡Imagínate!


Has estado usando tus tacones altos todo el día. En realidad, son un poco pequeños, porque

por alguna razón desconocida, tus pies ahora se han vuelto más largos o más anchos (en los

últimos 10 años desde que compraste los zapatos). En cualquier caso, tus zapatos chulísimos

ahora aprietan y te rozan. La idea de tu marido (por lo demás en realidad un hombre bastante

inteligente) de ponerte unas medias más gruesas para que no rocen tanto, no fue tan genial,

¡porque los zapatos serían mucho más ajustados aún! (al igual que cuando pones un sudadero

o un salva-dorsos grueso debajo de tu silla ya demasiado apretada).

 



Ahora acaban de llamar tus amigas y queréis ir a bailar. Como Alicia no tiene tacones altos,

Elena le presta algunos. Son demasiado grandes para ella, pero son una marca famosa y se ven

muy guapos. Ella se pone unas medias más gruesas, pero en el transcurso de la noche esto

también resulta ser un error.

Elena lleva un par de zapatos que le van bien y os arrastra a todas de una discoteca a otra. Tus

zapatos aprietan y la gente te mira porque bailas un poco raro. Te encantaría quitártelos, pero

no ahora y no aquí. Alicia también pone mala cara y en dos ocasiones casi se pega una nata en

la pista del baile debido a sus zapatos demasiado grandes. Pero no importa ¡ahora se está de

fiesta! No querrás arruinar la noche. Elena baila alegre y con gracia y no entiende cómo Alicia

y tú podríais haber sido tan torpes como para salir con esos ‘zapatos estorbos’.


Así que la gran noche se convirtió en un infierno para dos de vosotras y estuviste feliz cuando

finalmente pudiste deshacerte de estas cosas tan molestas en casa.


Pero ahora es fin de semana y las restricciones del Covid permiten bailar de nuevo, por lo que

Elena quiere volver a ir el sábado por la noche. Alicia y tú también queréis hacerlo, pero con

todas las ampollas y los pies doloridos, ambos tenéis que darle plantón a Elena. Claro: Los

humanos pueden expresar exactamente lo que les molesta y como consecuencia quedarse el

día siguiente tranquilamente descansando en el sofá.


¿Y tu caballo? ¿Puede hacer eso también, decirte que la silla es demasiado pequeña o grande,

que le aprieta y/o roza y quedarse en el paddok al día siguiente?


Probablemente tengas una conexión cercana con tu caballo y realmente notes cuando algo

anda mal. Pero a diferencia con Alicia – que ha expresado toda la noche que sus zapatos ‘le

matan’ – con los caballos es diferente.


Resulta que los caballos son reacios a admitir su dolor (para que un caballo demuestre su

cojera en la naturaleza, por ejemplo, debe tener un dolor muy fuerte, porque seguramente

sabes (por los reportajes de animales que hacen en La Dos por la tarde), cuál es siempre el

primer animal de una manada que es atacado por los leones…).

Para ir al grano: No siempre todos los propietarios de caballos notan que la silla de montar no

encaja y, por lo tanto, bajo ciertas circunstancias, causan daños a largo plazo a su querido

amigo. Muy a mi pesar tengo que hablar desde mi propia experiencia. Inconscientemente y

por supuesto, sin querer, causé daños irreparables a dos de mis caballos por una silla de

montar inapropiada.

Tal vez tu caballo te ‘dice’ algo; tal vez te pone orejas al ensillar, muerde la cuerda, mueve

mucho la cola o ni siquiera se deja atrapar en el paddok. O rehúsa el salto, se bota después del

salto, salta con ‘la espalda hueca’, se desboca a menudo (sin previo susto), no quiere hacer

movimientos laterales, un trote largo u otros ejercicios, tropieza mucho, no consigues

colocarlo y, y, y... Todo esto pueden ser señales de que la silla de montar no es la correcta para

tu caballo.

¡Por favor, no dejes que te suceda lo mismo que a mí y deja que te revisen tu silla!


La mayoría de las veces se puede ajustar algo en la silla y en caso contrario, hoy en día también

hay sillas de montar a precios muy asequibles, pero hechas a medida y con elementos

intercambiables para ajustarse a cambios posteriores debido a la evolución de tu caballo.


En BIENESTARCABALLO nos hemos propuesto animar a tantos propietarios de caballos como

sea posible a dar un paso hacia el bienestar de sus caballos:

Una silla ajustada al caballo (y desde luego al jinete / a la amazona)

Estamos encantados de ayudarte con este y todos los pasos posteriores.


Saludos de vuestra Susanne Nagel (www.bienestarcaballo.com)


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