¡Imagínate!
¡Imagínate! Has estado usando tus tacones altos todo el día. En realidad, son un poco pequeños, porque por alguna razón desconocida, tus pies ahora se han vuelto más largos o más anchos (en los últimos 10 años desde que compraste los zapatos). En cualquier caso, tus zapatos chulísimos ahora aprietan y te rozan. La idea de tu marido (por lo demás en realidad un hombre bastante inteligente) de ponerte unas medias más gruesas para que no rocen tanto, no fue tan genial, ¡porque los zapatos serían mucho más ajustados aún! (al igual que cuando pones un sudadero o un salva-dorsos grueso debajo de tu silla ya demasiado apretada). Ahora acaban de llamar tus amigas y queréis ir a bailar. Como Alicia no tiene tacones altos, Elena le presta algunos. Son demasiado grandes para ella, pero son una marca famosa y se ven muy guapos. Ella se pone unas medias más gruesas, pero en el transcurso de la noche esto también resulta ser un error. Elena lleva un par de zapatos que le van bien y ...